transita extensas quietudes sin matices
se confiesa se traspasa y los días son secos ikevanas
rincones de alambre a la intemperie dentro de sus vallas
el óxido de las nervaduras le piden un grito
que la descame
se desate
y llene regazo de botones perdidos en las veredas
enhebre los ojos
y se cosa entre tanto espacio destechado y sin puertasareki
2 comentarios:
Habría, también, que coser el corazón deshilachado...
con un hilo de plata, con el del tiempo, con el del aroma de glicinas...
cariños
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